domingo, 17 de agosto de 2008

Delincuentes



-yo no sé si sos un delincuente o no…

-¡vos sos un profesional! ¡Tenés que saber si lo que tenés en frente es un delincuente o un ciudadano!




Este dialogo se pudo ver y escuchar en la edición del mediodía del miércoles 13 de agosto, del corriente año, del noticiero de canal 10. Tuvo lugar en una esquina de la peatonal cordobesa, entre un comerciante de la zona y un policía. EL comerciante había sido asaltado, y estaba enojado porque el policía se había quedado haciéndole preguntas a él en lugar de ir a perseguir al supuesto ladrón.


Es entendible que el señor haya estado nervioso, cualquiera que haya sido asaltado alguna vez (es mi caso) sabe como puede afectar esa situación por demás violenta en la víctima del hecho, la bronca, la sensación de impotencia, el miedo, pero en este momento de calentura, el comerciante en cuestión dice algunas cosas que reflejan una idea muy generalizada en la ciudadanía cordobesa, y, me atrevería a decir, argentina.


Veamos, este señor empieza su alegato diciéndole al agente de la ley -vos sos un profesional, concepto este que es claramente aplicable al policía, teniendo en cuenta que realiza una tarea especializada a cambio de un salario, y que acceder al puesto que ocupa le demando una preparación académica específica, pero si miramos más de cerca, sabiendo que al menos el 90% de los polis que trabajan en la calle llegan a esos puestos a través de la escuela de agentes, que es un curso de 3 meses que puede hacer cualquier persona mayor de 18 años, con secundario completo, y sin ningún otro requisito, y sabiendo además que los agentes de calle, “patrulleros” reciben ordenes de sus superiores tales como “trae entre seis y diez por noche”, ahí el concepto de profesional empieza a estar de más.


- Tenés que saber si lo que tenés adelante es un delincuente o un ciudadano, continúa, y en estas líneas todo es un poco menos claro, por un lado, ¿Cómo sabe el rati que lo (no él, ni quien) que tiene adelante es un delincuente o un ciudadano? Edad, vestimenta, color de piel, corte de pelo, rasgos fisiológicos, parecen ser los únicos elementos en los que podría basarse un cobani para diferenciar a simple vista a un delincuente de un ciudadano. Portación de rostro, en definitiva.

Está muy claro que un señor de más de 40 años, vestido con camisa y jeans, incipiente calvicie y tez clara no puede ser un delincuente, ¿no? ¿y Macri? ¿Yabrán? ¿Duhalde? ¿De la Sota?

Y todo esto sin entrar a pensar en la oposición de dos conceptos, planteados como entidades antagónicas, claramente diferenciadas y enfrentadas.


Ciudadano vs. Delincuente. Idea que nos remite a viejas antagonías de la historia Argentina.

Civilización vs. Barbarie

Sociedad vs. Subversión


Moraleja:

Ojo con lo que pedís cuando pedís seguridad.

Cuidado con lo que deseas, se puede cumplir.

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