El otro día viendo televisión, me anoticié de un crimen ocurrido en algún lugar de la provincia bonaerense.
Un joven asesinó a su hermanastra, aparentemente molesto por la “licenciosa” vida sexual de la chica. El periodista del canal TN dijo que el chico visitaba frecuentemente una iglesia evangélica, que era virgen y que defendía la virginidad hasta el matrimonio, la castidad como virtud y demás. Luego comentó que el muchacho escucha regularmente a Marylin Manson.
Recordó entonces el periodista un caso anterior. El caso de un estudiante secundario de Carmen de Patagones que llevó el arma reglamentaria de su padre militar y asesinó a varios de sus compañeros e hirió a otros. Hay una conexión, dijo. Los dos escuchan Marylin Manson.
¡Marylin Manson! No la intolerancia intransigente y la durísima moral evangelista, no la estricta disciplina y el aplastante autoritarismo de la educación militar.
Los dos pibes mataron porque escuchan Marylin Manson.
¿Y los autores de los cientos (o miles) de crímenes ocurridos entre aquel y este, que escuchaban?
¿Videla escucha Marylin Manson? ¿y Menéndez?
¿Todavía hay gente que cree esas cosas?
¿Tenés fuego?
Estas y otras preguntas serán respondidas la próxima semana, a esta misma hora y por este mismo canal.